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Si tu nutricionista no conoce el protocolo de vacunación de la granja... puedes estar perdiendo una oportunidad

¿Podemos conseguir mejores resultados de la vacunación a través de la modulación de la dieta?

Actualmente la tendencia en el sector porcino es hablar de enfoques ''holísticos''. Por ejemplo, cuando se aborda la retirada del ZnO a dosis terapéuticas o la reducción de los antimicrobianos, las evidencias científicas indican que varios factores están estrechamente interconectados y que las estrategias eficaces normalmente implican cambios relacionados con el manejo, la nutrición, la salud y el bienestar.

El sector y la ciencia son conscientes de estas necesidades holísticas (por ejemplo, el eje intestino-cerebro o la interrelación entre la microbiota y el sistema inmunitario son, hoy en día, temas recurrentes en muchos eventos del sector), pero aún nos falta comprensión práctica y cambios en diferentes aspectos para lograr ese objetivo final. Por ejemplo, ¿El nutricionista está al tanto del estado sanitario de la granja y del protocolo de vacunación? ¿Debería estarlo? Vamos a discutir esto.

En primer lugar, aunque todavía estamos lejos de poder realizar un manejo inmuno-nutricional, completamente basado en la ciencia, la interrelación de estos dos factores ha sido en gran medida investigada y reconocida. El cuadro 1 (adaptado de Klasing, 2007) resume los principales mecanismos por los que la dieta puede afectar a la inmunidad.

Tabla 1. Principales mecanismos por los que la dieta afecta a la inmunidad. Adaptado de Klasing, 2007.

Mecanismo Componentes en el alimento (nutritivos y no nutritivos)
Nutrir las células del sistema inmunitario Todos
Nutrir a los patógenos Biotina, hierro

Modificar la respuesta de los leucocitos

Energía, PUFAs, vitamina A,D y E
Proteger contra la inmunopatología PUFAs y vitamina E
Influir en el microbioma Antibióticos, fibra, prebióticos, probióticos, ácidos y fitobióticos
Estimular el sistema inmunitario

Lectinas y antígenos de proteínas

En segundo lugar, todos tenemos en mente las vacunas cuando hablamos de la modulación de la inmunidad. Un criterio habitual cuando se diseña una vacuna es que sea efectiva por si misma, sin necesidad de aportes externos, ya sea con una o dos dosis. Aun así, está claro que deficiencias o desajustes nutricionales pueden perjudicar las funciones inmunitarias (Wu et al. 2019). Esto puede ser un problema en ciertas dietas formuladas con una estrategia de mínimo costo que, si bien pueden ser óptimas para un crecimiento basado en requerimientos estándar, normalmente se centrarán en aportar energía y, en cambio, pueden contener cantidades marginales de nutrientes necesarios para desarrollar una inmunidad óptima.

Aun así, incluso si consideramos una situación ideal, sin deficiencias de nutrientes para la inmunidad, ¿podríamos influir y conseguir mejores resultados de la vacunación modulando la dieta?

Investigaciones recientes (Borey et al. 2021), describieron una asociación entre la microbiota fecal previa a la vacunación y la respuesta a la vacunación contra la gripe A porcina. Se encontró una mayor respuesta a la vacuna en lechones con una microbiota más rica y una respuesta inmune más fuerte se relacionó con el género bacteriano Prevotella y la familia Muribaculaceae.

Esto podría tener implicaciones reales en las vacunas comerciales actuales frente al virus de la gripe porcina tal y cómo Martínez et al. (2015) observaron al evaluar la respuesta inmune de diferentes productos comerciales (figura 1), reportando que dos vacunas, la A y la C, mostraron una respuesta humoral limitada, un factor clave para el desarrollo de protección clínica frente a la infección por el virus de la gripe porcina (Matthew et al., 2015). De ahí que las granjas que utilizan estos productos pueden beneficiarse de una estrategia (nutricional) para mejorar la respuesta a la vacuna.

Figura 1. Relación muestra/control negativo (M/N) de IDEXX. Punto de corte: M/N ≥0.6 = negativo; M/N <0.6 = positivo. Martinez et al. 2015.

Figura 1. Relación muestra/control negativo (M/N) de IDEXX. Punto de corte: M/N ≥0.6 = negativo; M/N <0.6 = positivo. Martinez et al. 2015.

Además, el virus de la gripe porcina es sólo un ejemplo, pero cada vez se reportan más datos que relacionan la respuesta a la vacunación contra muchos patógenos habituales en cerdos con cierta microbiota intestinal. Munyaka et al (2020) describió por primera vez en cerdos una mayor producción de IgG después de la vacunación contra Mycoplasma hyopneumoniae en animales con Prevotella (igual que antes), Anaerovibrio y Sutterella. Además, Zhang et al (2021) recientemente reportaron que el título de anticuerpos frente a PRRS tras la vacunación de lechones se correlacionaba positivamente con la abundancia de Lactobacillus en los cerdos inmunizados. El interés práctico de estos resultados es que la dieta es uno de los factores principales que pueden influir sobre la microbiota (Guang Pu et al., 2020), y por tanto, ¿una dieta diferencial podría modular estas respuestas?

En conjunto, históricamente el interés y la investigación en el campo de la nutrición se ha centrado principalmente en alcanzar parámetros óptimos de rendimiento. Este enfoque es bueno en un contexto en el que los antibióticos o el ZnO hacían innecesaria cualquier otra intervención. Sin embargo, en la producción porcina moderna, en un contexto de restricciones sobre el uso de antimicrobianos y ZnO, existe la necesidad de encontrar alternativas y, como se comentó al principio, muchas de estas se basan en adoptar un enfoque ''holístico''.

Durante la última década se han realizado grandes esfuerzos (con mayor o menor éxito) en la investigación y el desarrollo de estrategias nutricionales destinadas a reforzar la inmunidad/salud en fases críticas específicas como el destete, pero esto no se ha trasladado todavía a este enfoque ''holístico''. Por ejemplo, ¿Debemos cambiar los requerimientos nutricionales basándonos en el estado sanitario y el desafío inmunológico? ¿Debemos monitorizar perfiles de microbiota específicos para decidir qué vacuna o aditivo utilizar?

Probablemente estamos lejos de poder responder o aplicar algunas de estas ideas... pero vamos en esa dirección. La inmunomodulación nutricional puede utilizarse para realizar ajustes en tiempo real, para guiar al sistema inmunitario hacia una mejor protección. Si tu nutricionista no conoce el protocolo de vacunación de la granja... puedes estar perdiendo una oportunidad.

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